COMO ACTUAR FRENTE A UNA HIPOGLUCEMIA

La hipoglucemia es un descenso de la glucemia por debajo de lo normal a causa de sobredosis de insulina o de hipoglucemiantes orales, de errores dietéticos como saltarse una comida o consumir alcohol, de un exceso en la actividad física sin haber tomado un suplemento de glúcidos o sin haber disminuido la insulina y como consecuencia de vómitos o diarreas abundantes.

Cuando esto ocurre se ponen en marcha diferentes mecanismos de compensación por parte de nuestro organismo a través de la secreción de hormonas hiperglucemiantes y si estos mecanismos son inútiles se puede ver seriamente afectado el cerebro del diabético por la aparición de un coma hipoglucémico (que puede provocar lesiones irreversibles en el cerebro).

Los primeros síntomas de hipoglucemia que aparecen son la sensación de hambre, la cefalea (dolor de cabeza), la sudoración fría y los hormigueos.

Si no se corrige se presentan síntomas más graves como la dificultad para pensar o hablar, visión borrosa, comportamientos extraños, adormecimientos y mareos.

¿Como tratarla?

Se deben administrar de 10 a 15 gramos de hidratos de carbono simples (de absorción rápida como glucosa (2 pastillas de glucosport) o 100 cc de zumo de fruta natural o de bebida azucarada (no light) o 2 terrones de azúcar o 1 sobre de azúcar o 200 cc de leche desnatada, y si en 10-15 minutos no han desaparecido los síntomas se debe volver a repetir otra vez.

Una vez superada la hipoglucemia se deben administrar 10 gramos de hidratos de carbono de acción más prolongada para que no vuelvan a aparecer  los síntomas como 20 gramos de pan o 3 galletas tipo maría o un vaso de leche entera o 2 yogures naturales o una pieza de fruta natural.

Si el descenso de la glucemia es muy pronunciado puede llevar convulsiones y pérdida de la conciencia (coma). En estos casos está prohibido ofrecer alimentos o líquidos por boca y se debe inyectar rápidamente glucagón intramuscular o subcutáneo.

IMPACTO DE LA OBESIDAD SOBRE LA SALUD

El exceso de grasa corporal se asocia a múltiples problemas para la salud:

  • Problemas cardiovasculares: opresión torácica, taquicardia de esfuerzo, hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, angina de pecho, arteriosclerosis, infarto de miocardio, varices, tromboflebitis, úlceras varicosas y celulitis.
  • Alteraciones metabólicas: hiperglicemia, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, diabetes, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia e hiperuricemia.
  • Problemas respiratorios: hipoventilación alveolar, aumento de la incidencia de catarros, bronquitis crónica, neumonía y apnea nocturna.
  • Problemas osteoarticulares: aplanamiento de la bóveda de la planta del pie, aplanamiento de los cuerpos vertebrales de la columna, con neuralgias y espondilitis deformante, artrosis generalizada (rodillas, caderas y columna lumbar) y atrofia muscular.
  • Problemas digestivos: dispepsia gástrica, acidez, flatulencias, digestiones pesadas, dispepsia biliar, úlcera gastroduodenal, estreñimiento, insuficiencia pancreática, etc.
  • Problemas renales: nefroesclerosis con hipertensión arterial, albuminuria y retención de líquidos (edema).
  • Problemas cutáneos: estrías, lesiones por rozaduras, caída de cabello, exceso de sudoración, úlceras y celulitis.
  • Problemas gonadales: alteraciones menstruales.
  • Problemas gestacionales: mayor incidencia de toxemia preeclámpsica, malposiciones fetales y partos prolongados.
  • Problemas sexuales: disminución de la líbido, frigidez e impotencia, compulsividad sexual, etc.
  • Problemas neurológicos: cefaleas, insomnio y múltiples trastornos psicosomáticos.
  • Infecciones: aumento de las infecciones cutáneas y respiratorias.
  • Problemas quirúrgicos y anestésicos: aumento de riesgo quirúrgico por otras complicaciones (cardíacas, pulmonares, metabólicas, etc.), aumento de la mortalidad operatoria proporcional al incremento de peso, dificultad para adoptar ciertas posiciones quirúrgicas, incremento de la dificultad en la realización de intubación y punción lumbar, complicaciones en la cicatrización, aumento de embolias y trombosis posquirúrgicas, mayor riesgo de infecciones posquirúrgicas, incremento de la dificultad de ajuste de las dosis de anestesia.
  • Problemas psicológicos: miedo, inseguridad, pérdida de autoestima, desordenes en las conductas alimentarias, distorsión de la imagen corporal, ansiedad, depresión, etc.
  • Problemas oncológicos: aumento del riesgo de cáncer de próstata y colon en hombres y de cáncer de mama, endometrio y ovario en mujeres.

CONSEJOS DIETÉTICOS PARA PEQUEÑOS DEPORTISTAS

 

  • Antes de la competición hay que dar un aporte suficiente de hidratos de carbono complejos (pastas italianas, arroz, pan, galletitas,…) desde 2 o 3 días antes.
  • La comida hecha antes de la competición debe ser de fácil digestión, con poca grasa y sin exceso de fibra dietética.
  • Hay que procurar que entre la última comida y el inicio del ejercicio pase un mínimo de 2,5  o 3 horas.
  • Durante las competiciones de larga duración hay que aportar alimentos que sean fáciles de tomar como fruta fresca madura, tostadas, galletas, barritas energéticas, batidos, yogures bebidos, etc.
  • Una vez acabado el ejercicio hay que evitar el consumo de alimentos sólidos, al menos durante 1 hora.
  • Es imprescindible un buen aporte hídrico ya que con el sudor se pierde agua y sales minerales (especialmente sodio) y hay riesgo de deshidratación. La bebida más apropiada es el agua mineral (sin gas), a la que se le puede añadir pequeñas cantidades de jugos de frutas diluidos.

Como la sensación de sed se produce cuando la deshidratación ya ha comenzado hay que procurar iniciar el ejercicio con las reservas de agua completas (hay que empezar a tomar agua desde 2 horas antes, en pequeñas cantidades y seguidamente). En caso de practicar ejercicios que duran más de 45 minutos hay que ir tomando agua cada 20-30 minutos (para deportes de larga duración hay que añadir al agua glucosa y sales minerales y aunque hay bebidas comerciales para atletas se aconseja no consumirlas ya que suelen tener demasiado azúcar, sodio o potasio para los más pequeños).

Una vez el niño ha acabado el ejercicio debe seguir reponiendo líquidos para compensar los perdidos con el sudor. Para comprobar si ha recibido una buena hidratación hay que observar que la orina sea clara y llevar el control del peso antes y después de la competición.

¿QUE SABES DE LAS GRASAS?

Su principal función es de reserva energética, en concreto los triglicéridos (contienen 3 ácidos grasos unidos a un glicerol).

Aun así, las grasas también tienen otras funciones: actúan como aislante térmico contra el frío y de envoltorio protector de órganos vitales, intervienen en la síntesis de estructuras como membranas celulares y tejido nervioso y transportan vitaminas liposolubles (A, D, E y K).

El colesterol, por su parte, es precursor de otros compuestos como sales biliares, hormonas sexuales (estrógenos, gestágenos y andrógenos) o la vitamina D.

Las grasas animales son sólidas a temperatura ambiente y se encuentran principalmente en el tejido adiposo que se sitúa formando una capa bajo la piel. Se llaman sebos y mantecas.

Suelen estar formadas por ácidos grasos saturados, que en exceso pueden aumentar el riesgo de aterosclerosis.

Los aceites de coco y palma también son alimentos ricos en ácidos grasos saturados.

Las grasas vegetales son líquidas a temperatura ambiente y se denominan aceites.

Suelen estar formadas por ácidos grasos insaturados (monoinsaturados y poliinsaturados omega 6), al igual que el aceite de los pescados (poliinsaturados omega 3).

Los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados actúan como sustancias cardioprotectoras.

Los denominados ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y ácido alfa linolénico) son imprescindibles para la vida pero no pueden ser sintetizados por nuestras células, por ello es necesario aportarlos diariamente a través del consumo de alimentos.

Los expertos recomiendan que entre el 30 y el 35 % del total energético proceda de las grasas.

El mínimo recomendable de estos nutrientes es de un 15 %; por debajo de este pueden aparecer síntomas de carencia.

Cuando hay deficiencia de ácido linoleico aparecen síntomas como cambios de personalidad y/o de comportamiento, alteraciones biliares, alteraciones en la cicatrización, alteraciones renales, temblores musculares, alteraciones cutáneas (acné), alteraciones cardiovasculares, esterilidad masculina, etc.

Por la deficiencia de ácido linolénico aparecen síntomas como alteración del crecimiento, retraso del aprendizaje, hormigueo en las extremidades, alteraciones de la coordinación motora y alteraciones visuales.

DIETA MEDITERRÁNEA

Se conoce como Dieta Mediterránea al modo de alimentarse basado en una idealización de algunos patrones dietéticos de los países mediterráneos, especialmente de España, sur de Francia, Italia, Grecia y Malta.

Se caracteriza por su simplicidad y el uso de productos frescos, locales y de temporada. Es una valiosa herencia popular transmitida de padres a hijos, generación tras generación, desde hace muchos siglos, y forma parte del carácter personal de todos los pueblos mediterráneos a lo largo de su historia. Es dinámica, con los años ha sabido evolucionar, acogiendo e incorporando nuevos alimentos y técnicas según la posición geográfica estratégica e intercambio de los pueblos mediterráneos.

Sus grandes pilares son el olivo, el trigo y la vid, seguidos por otros alimentos igual de importantes y nutritivos como las legumbres, verduras, frutas, pescado, quesos y frutos secos.

Sus principales características son las siguientes:

  • La riqueza en alimentos de origen vegetal.
  • El uso de aceite de oliva como fuente principal de grasa para cocinar o aderezar.
  • El consumo moderado de pescados, mariscos, huevos, aves de corral y lácteos.
  • El consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas.

Los aportes diarios de vino (sólo los adultos) acompañando las comidas con los años ha sabido evolucionar, acogiendo e incorporando nuevos alimentos y técnicas según la posición geográfica estratégica e intercambio de los pueblos mediterráneos.

Los aportes diarios de vino (sólo los adultos) acompañando las comidas hacen de este patrón dietético un referente nutricional:

  • Bajo contenido en grasas saturadas.
  • Alta concentración de grasas monoinsaturadas.
  • Alto contenido en hidratos de carbono complejos y fibra.
  • Interesante proporción de sustancias antioxidantes.

Por todo ello, el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultura Inmaterial de la Humanidad, reunido en Nairobi (Kenya) declaró en noviembre del 2010 la Dieta Mediterránea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

España, Grecia, Italia y Marruecos presentaron conjuntamente la candidatura, que fue coordinada a nivel técnico por la Fundación Dieta Mediterránea, con sede en Barcelona.

DIETA LIBRE DE LACTOSA

Se emplea en caso de intolerancia a la lactosa.

Se debe eliminar  (por completo o no en función de la tolerancia) de la dieta alimentos con lactosa como la leche de vaca, batido de leche, quesos, yogures,  crema de leche, postres lácteos, margarina, mantequilla, helados o salsa bechamel. En  ocasiones tomados en pequeñas cantidades sientan mejor. El queso y yogur se toleran mejor que la leche.

Hay que tener en cuenta los ingredientes que se utilizan en la industria alimentaria y contienen lactosa como el lactitol (utilizado como edulcorante bajo en calorías para caramelos, chicles sin azúcar, chicles en grageas, galletas, helados, y toda clase de alimentos bajos en calorías y en laxantes), suero (se utiliza en algunos casos como azúcar añadido en el proceso de destilación de bebidas espiritosas (alcohólicas) como ginebra, el anís, el vodka ,etc.), caseína (se utiliza como agente clarificante en el proceso de elaboración de la sidra y el vino), caseinatos (de calcio, de sodio, potásico, magnésico), cuajo, cuajada, proteínas de leche, grasas de leche, lactoalbúmina y lactoglobulina.

Siempre hay que comprobar la etiqueta nutricional de algunos alimentos que probablemente contienen lactosa en su composición como los purés y sopas, pan,  pasteles, fiambres y embutidos, pasteles, frituras de carne, sucedáneos de huevos en batidos, flanes, purés o cremas con patata, bollería, donuts, crepes, bollos, bizcochos, tostadas, platos pre-cocinados, cereales enriquecidos, nata, sorbetes, tartas, batidos, rebozados, sucedáneos de chocolate y bebidas espiritosas.

 

RECOMENDACIONES EN CASO DE DISFAGIA

La deglución es el paso de la saliva, alimento y líquidos procedentes de la boca hasta el estómago. Se trata de una acción que realizamos todas las personas habitualmente para alimentarnos de una manera segura y eficaz. Es una acción compleja ya que para realizar con normalidad necesitamos un buen control de la misma por parte del cerebro y un correcto movimiento de los músculos necesarios para tragar. Las alteraciones o dificultades para la deglución reciben  el nombre de disfagia.

Quien sufre disfagia puede presentar ciertos signos que pueden ayudar a identificarla: tos/carraspeo persistente durante o después de las comidas, atragantamientos frecuentes, babeo frecuente, necesidad de tragar varias veces para poder tomar una misma cucharada, mantener la comida en los carrillos, comer excesivamente despacio y rechazar alimentos por miedo a atragantarse.

Recomendaciones ambientales para mejorar la situación: la comida debe realizarse sin prisas y en un ambiente tranquilo, no debe haber distracciones ni ruidos de fondo, la persona debe estar enfocada en el acto de comer, intentar mantener una rutina en las comidas, fragmentar en varias comidas la ingesta total diaria de pequeñas cantidades, después de comer limpiar la boca con una gasa empapada en colutorio mezclado con agua y, si es posible, cepillar los dientes.

Recomendaciones posturales: espalda recta en posición vertical en ángulo de 90 a 60◦ con los pies apoyados en el suelo y la cabeza alineada al tronco, colocar el alimento inicialmente por el lado más sensitivo, inclinar la cabeza hacia delante antes de tragar, utilizar la cuchara de postre para las comidas y que no se acueste inmediatamente después de las comidas (mantener una posición vertical durante 15-30 minutos).

Recomendaciones para estimular el Sistema Nerviosos Central antes de comer: ejercer una presión moderada en el dorso de la lengua con la cuchara, estimular con frío previamente el dorso de la lengua y el paladar con algodones fríos, cucharilla fría o depresor envuelto en una gasa humedecida con agua fría, no abusar de las instrucciones verbales (traga, come, abre la boca, cierra la boca,…) y estimular con sabores ácidos como el limón.

Consistencia adecuada: una consistencia adecuada evita complicaciones como el ahogamiento. Se debe procurar una consistencia suave y uniforme que no se disperse en la boca.

Recomendaciones para la dieta: ablandar los alimentos sólidos añadiendo leche, caldo o salsas, triturar para obtener texturas uniformes sin grumos, espinas, huesecillos o tropezones, no incluir diferentes consistencias en el mismo plato difíciles de tragar como el arroz caldoso o la sopa de fideos, evitar los alimentos que desprendan agua al masticar como las frutas (naranja, mandarina, pera,…) ya que hay riesgo de aspiración, evitar texturas demasiado pastosas que se pegan en el paladar como el chocolate o la miel y usar agua espesada o gelatinas para espesar.

RECOMENDACIONES PARA UNA PÉRDIDA DE PESO EFECTIVA

  • No limites el aceite de oliva a menos de dos cucharadas soperas al día, ya que aporta ácidos grasos esenciales para ti. Para aderezar las ensaladas utiliza el extra virgen, que contiene vitamina E.
  • Bebe abundante agua, sobretodo fuera de las comidas, ya que te ayudará a tener mayor sensación de saciedad. Beber agua, además, te ayuda a mantener sano tu riñón y evita el estreñimiento.
  • Puedes tomar todo tipo de infusiones sin edulcorar con azúcar.
  • Puedes utilizar edulcorantes artificiales con moderación.
  • No confíes en los productos dietéticos light, muchos continúan teniendo muchas Calorías.
  • No es necesario que suprimas la sal, excepto que te lo indique el médico por alguna patología.
  • Utiliza siempre cocciones como el horno, vapor, hervido, plancha y papillote. Son técnicas culinarias bajas en grasa y que mantienen las propiedades nutricionales de todos los alimentos.
  • Procura respetar los menús y las cantidades para conseguir el objetivo deseado.
  • Evita alimentos ricos en azúcares simples, grasas saturadas y colesterol como: azúcar, confituras, miel, jaleas, chocolates, cereales de desayuno azucarados, frutos secos en general, fruta seca en general, carnes grasas, embutidos, pescados en escabeche y en aceite, caldos grasos, purés instantáneos, sopas de sobre, cremas envasadas, quesos grasos, beicon, manteca de cerdo, chicharrones, yogures azucarados, alcohol, aperitivos, galletas, refrescos azucarados, zumos envasados, batidos de sabores, etc.
  • Si tienes ansiedad entre horas toma un yogur desnatado con una cucharada de salvado de avena.
  • Puedes añadir las algas que te gusten más en tus platos.
  • Tu pauta nutricional incluye alimentos nutritivos como lácteos desnatados, frutas y verduras, carnes, pescados y huevos, legumbres, patatas, pastas, pan y arroces, en las cantidades adecuadas.

INTOLERANCIA A LA SACAROSA/ISOMALTOSA

La sacarosa es un disacárido formado por la unión de glucosa y fructosa. Es lo que comúnmente llamamos azúcar de mesa.

La malabsorción de este azúcar se hereda como un rasgo genético autosómico recesivo. Aparece a causa de un déficit de la enzima sucrasa-isomaltasa y se asocia a síntomas como la diarrea ácida con peligro de deshidratación, flatulencias y pérdida involuntaria de peso.

Es un alimento que se introduce bastante tarde en la alimentación infantil, a no ser que la leche adaptada que se utilice lo lleve en su composición. Es por esto que se puede encontrar pacientes adultos que se les diagnostica de esta intolerancia con síntomas de intestino irritable y con una historia de sintomatología intestinal desde la infancia con dolor abdominal y meteorismo.

Estas personas, seguramente, han padecido cierto retraso de crecimiento y además han rechazado los alimentos azucarados toda su vida.

El tratamiento es dietético y está basado en una dieta con ausencia de sacarosa, almidón y dextrinas.

¿QUE ES EL GLUTEN?

El gluten es un conjunto de proteínas que se encuentran presentes en todos los cereales, menos en el arroz y maíz. Estos cereales contienen un complejo proteico diferente al gluten, la orizenina y la zeína respectivamente.

El gluten se compone por gluteninas y prolaminas, estas últimas culpables de los síntomas de la enfermedad celíaca.

Las prolaminas se denominan de diferente forma según el cereal donde se encuentran: glidina (trigo), hordeína (cebada), secalina (centeno) y avenina (avena).

Es el responsable de la elasticidad de la masa de harina, lo que permite su fermentación (hace que la masa suba durante el horneado), y también lo es de la consistencia elástica y esponjosa de los panes y  las diferentes masas horneadas.

El que se obtiene de forma industrial se utiliza principalmente para mejorar la textura de los panes y sus derivados, haciendo que sean crujientes y esponjosos al paladar del consumidor (los panes elaborados con harinas de maíz o de arroz se desmenuzan más fácilmente). También se utiliza como aditivo, como aglutinante y como suplemento proteico.

De la misma manera se utiliza en la industria farmacéutica, para aportar viscosidad y cohesión a múltiples preparados.