MANEJO NUTRICIONAL DE LA PANCREATITIS

RECOMENDACIONES:
 Fraccionar las calorías en 5 o 6 ingestas diarias, procurando evitar los períodos de ayuno (así se reduce la esteatorrea o eliminación de grasas por las heces y creatorrea o eliminación de proteínas).
 Reducir la cantidad diaria de grasas ya que su ingesta provoca diarrea, dolor de vientre y pérdida de vitaminas y minerales.
 Utilizar formas de cocinar sencillas (hervidos, plancha, vapor, papillote, etc.). No utilizar cocciones ricas en grasa como fritos y rebozados.
 No son aconsejables los platos muy condimentados y las salsas grasas.
 Asegurar un aporte adecuado de alimentos ricos en glúcidos (legumbres, arroz, pastas, pan, etc.) y en proteínas (carnes magras,
pescados blancos, leche desnatada, clara de huevo…).
 También se puede aumentar la cantidad de proteínas e hidratos de carbono de los platos añadiéndoles preparados comerciales en polvo de venta en farmacias.
 Tomar mínimo 3 frutas al día y 2 platos de verdura.
 Evitar el consumo de lácteos si hay intolerancia a la lactosa.
 Después de las comidas guardar reposo.
 Eliminar por completo la ingesta de alcohol.
 No consumir bebidas con alto contenido en cafeína ni refrescos con gas.
 En caso de alteraciones en la glucemia, excluir de la dieta el azúcar de mesa, miel, caramelos, leche condensada, mermeladas, pasteles, productos de bollería, bebidas
azucaradas, cacao y sus derivados, productos pre-cocinados y helados.

ALIMENTOS ACONSEJADOS Y DESACONSEJADOS
Alimentos aconsejados: pan, pasta, arroz, maíz, harinas, leche desnatada y derivados, queso fresco, patatas, verduras y hortalizas, frutas, legumbres, carnes magras (ternera, pollo y pollo sin piel, conejo), pescado blanco (merluza, pescadilla, lenguado, bacalao, gallo, etc.), clara de huevo, sopas y cremas desgrasadas.
 Alimentos que se pueden consumir ocasionalmente: galletas tipo maría, leche semidesnatada, quesos semicurados, cortes magros de cerdo (lomo, solomillo), fiambres pobres en grasa (jamón dulce y fiambre de pavo) y mero.
Alimentos desaconsejados: bollería y pastelería industrial, cereales integrales, quesos curados y blandos, quesitos, mantequilla, manteca, sebo, nata, aguacate, aceitunas, frutos secos, cortes grasos del cerdo, cordero y pato, embutidos y fiambres, paté, salchichas, sardinas, atún, salmón, pulpo, pescados en aceite, vísceras (hígado, riñón, etc.), mariscos (sepia, calamar, mejillones o navajas de forma ocasional), cremas con nata y queso.

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ALERGIAS Y ETIQUETADO (I)

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de legumbres en alimentos manufacturados.

  • Almidones, aromas naturales, caldos vegetales, gomas, harinas, margarinas y proteínas vegetales.
  • Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de soja: salsa de soja, salsa tamari, sucedáneos de carne (hamburguesas, salchichas, patés, etc.), tofu, aceite de soja, aceite vegetal o aceite vegetal parcialmente hidrogenado (salsas, galletas, etc.) y E-322 (lecitina de soja).
  • Estabilizantes y espesantes en alimentos envasados que contienen legumbres: E-410 (algarrobo o garrofín), E-412 (guar), E-413 (traganto) y E-414 (goma arábiga).

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de cereales en alimentos manufacturados.

  • Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de proteína de arroz: sake, licuados de arroz y almidón de arroz.
  • Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de proteína de maíz: levadura en polvo, caramelo (suele usarse jarabe de maíz), dextrina, maltodextrina, dextrosa, fructosa, glucosa delta lactona, azúcar invertido, jarabe invertido, malta, jarabe de malta, extracto de malta, monoglicéridos, diglicéridos, glutamato monosódico, sorbitol y almidón de maíz.
  • Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de proteína de trigo: todas las clases de harina de trigo, gluten, escanda, germen de trigo, malta de trigo, almidón de trigo, almidón gelatinizado, almidón modificado, proteína vegetal hidrolizada, kamut, condimentos naturales, salsa de soja y chicles.

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de frutas y hortalizas en alimentos manufacturados.

  • Aromas (medicinas, chucherías, pasta de dientes), yogures y otros postres lácteos, zumos, macedonias, potitos, cereales, chocolates, tartas, pan, helados, gelatinas con frutas, mermeladas, licores y frutas escarchadas y frutas desecadas.

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de proteína de leche de vaca en alimentos manufacturados.

  • Todos los derivados lácteos: yogures, quesos (incluido el mozzarella), flanes, natillas, cuajadas, mantequilla, nata, etc., productos de panadería, pastelería y bollería, algunos potitos, papillas y cereales, algunas bebidas (batidos, zumos y horchatas), ciertos embutidos (jamón cocido, salchichas, chorizo, salchichón, etc.), cubitos de caldo y sopas de sobre y salsas, fabadas, cocidos y otras conservas, grasas animales y proteínas animales, algunos azúcares, caseína, caseinatos y proteínas de la leche, suero lácteo, lactosa, chicles o pastas de dientes que contengan recaldent (derivado de la caseína), algunos aditivos alimentarios (conservantes, acidulantes, emulgentes, espesantes basados en caseinatos, etc.) y colorante caramelo ( a veces se obtiene de caramelizar la lactosa).

 

ALERGIAS Y ETIQUETADO (II)

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de pescado en alimentos manufacturados.

  • Sopas, caldos, pizzas, preparados para paella, rollitos congelados de cangrejo, pollos alimentados con harinas de pescado, gelatinas, harinas de pescado, productos enriquecidos con omega 3 procedente de pescado.

 Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de marisco en alimentos manufacturados.

  • Sopas, caldos, pizzas, preparado para paella, rollitos congelados de cangrejo y ensaladas.

 Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de huevo en alimentos manufacturados.

  • Huevo, huevo en polvo y sucedáneos de huevo, albúmina, pastelería y bollería (pasteles, galletas, bollos, magdalenas, bizcochos, brillo de bollería, etc.), dulces hojaldrados y empanadas, caramelos, turrones, flanes, cremas, helados y merengues, algunas salsas como la mayonesa y sus derivados, pastas al huevo, algunos potitos, algunos fiambres, embutidos, salchichas y patés, algún pan rallado, preparados a base de rebozados, vinos clarificados con clara de huevo, sopas, consomés, gelatinas y purés preparados y cafés capuchinos y cafés crema (la espuma blanca puede ser obtenida a base de huevo).

Productos, ingredientes y denominaciones que pueden indicar la presencia de frutos secos en alimentos manufacturados.

  • Cacahuete o maní o arachis (aunque realmente es una legumbre, puede considerarse como fruto seco), almendras, nueces, nuez moscada, nuez pacana, nuez macadamia, nuez del Brasil y nuez dura americana, anacardos, avellanas, pipas de girasol, pistachos, piñón y castañas.
  • Mazapán, pasta de almendra, turrones y bombones.
  • Frutos secos artificiales.
  • Pastas y cremas que contengan frutos secos (tipo nocilla, etc.), mantequilla de frutos secos (manteca de cacahuete, etc.) y aceite de frutos secos.
  • Satay o saté (salsa de cacahuete).
  • Productos de repostería y panadería que contengan frutos secos (panes de semillas, etc.).
  • Proteína vegetal hidrolizada.
  • Algunos alimentos étnicos.
  • Productos denominados «emulsified» o «emulsionados».
  • Salsas barbacoa, pesto, inglesa, etc.
  • Cereales, galletas saladas, helados, etc.

DIABETES E HIPOGLUCEMIA

En la hipoglucemia los niveles de glucosa bajan más de lo normal. Cuando el nivel de glucosa baja, las células no disponen de la energía necesaria para su funcionamiento, y el organismo reacciona emitiendo unas señales de aviso: la reacción. Conocer los signos de esta reacción es vital para evitar complicaciones.

La hipoglucemia puede aparecer cuando se deja pasar la hora de la comida, cuando se ha realizado más ejercicio del programado sin que se haya ajustado la dieta o la medicación,  cuando la dosis de medicamento (de insulina o de hipoglucemiante oral) ha sido excesiva, por exceso de alcohol (sobretodo cuando no se acompaña de alimentos) o en caso de diarreas o vómitos continuados.

Los signos de hipoglucemia son inicialmente un fuerte dolor de cabeza, sensación de hambre, sudoración fría, cambio de carácter o de estado de ánimo, dolor abdominal y temblores. Si no se corrige, aparece adormecimiento, somnolencia, mareos, vértigo, comportamientos extraños, visión borrosa y dificultad  para pensar o hablar. Cuando la hipoglucemia se pronuncia aún más aparecen convulsiones, alteración de la conciencia e incluso coma.

A veces, los signos de hipoglucemia pueden ser poco marcados y no llamar la atención lo suficiente debido a que muchos de ellos son dependientes del funcionamiento del sistema nervioso vegetativo, y éste puede ser hipofuncionante en el Síndrome de Down. Por ello,  la expresión de los síntomas puede ser muy pobre. Será necesario analizar bien cuáles son los más destacables y comunicarlos a los cuidadores, profesores, etc.

Es importante que el diabético con Síndrome de Down aprenda a pedir atención y ayuda en caso de aparición de estos síntomas. Tendrá que decir  “Soy diabético, me siento mal y midan mi glucosa”. Lo mejor es que lleve siempre consigo una tarjeta de identificación con todos los datos muy claros.

Para tratar la hipoglucemia se deben administrar de 10 a 15 gramos de hidratos de carbono simples (de absorción rápida): Glucosa (2 pastillas de glucosport), medio vaso de zumo de fruta natural, medio vaso de bebida azucarada (no light), 2 terrones de azúcar, 1 sobre de azúcar o un vaso de leche desnatada.

Si en 10-15 minutos no han desaparecido los síntomas se debe volver a repetir otra vez.

Si el diabético ya ha superado la hipoglucemia se deben administrar 10 gramos de hidratos de carbono de acción más prolongada para que no vuelvan a aparecer los síntomas: 20 gramos de pan (una rodaja), 3 galletas tipo maría, un vaso de leche entera, 2 yogures naturales o una pieza de fruta natural.

Si la hipoglucemia lejos de mejorar empeora puede ser que aparezca la pérdida de conciencia. En estos casos será peligroso ofrecer alimentos o líquidos por boca y se tendrá que inyectar rápidamente glucagón intramuscular o subcutáneo. Este medicamento se inyecta debajo de la piel y libera glucosa en la sangre.

DESÓRDENES TIROIDEOS

La glándula tiroides se encuentra localizada en la base del cuello. Tiene forma de mariposa, con dos lóbulos laterales unidos por medio de una zona llamada istmo. Su función es la sintetizar hormonas tiroideas: tiroxina (T3) y triyodotironina (T4). Tienen funciones muy importantes como regular el metabolismo de las células del organismo, estimular el crecimiento, madurar y desarrollar el sistema nervioso, regular la temperatura corporal, ayudar a formar vitamina A y participar en el desarrollo y erupción dental.

Su actividad viene regulada por otra glándula situada en la cabeza y que se llama hipófisis (también conocida por el nombre de pituitaria).

De entre los problemas médicos que presentan las personas con Síndrome de Down, la patología tiroidea ocupa un lugar destacado.  Entre los trastornos más frecuentes se encuentran principalmente el aumento de la producción de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) o la escasez de producción (hipotiroidismo).

En edad infantil, aparte del hipotiroidismo autoinmune (puede detectarse mediante el screening neonatal) se presentan otros problemas tiroideos añadidos como  la elevación leve aislada de tirotropina (TSH). Se trata de una alteración transitoria en la mayoría de casos.

En los desórdenes tiroideos es frecuente la aparición de bocio (agrandamiento de la glándula tiroides). Puede ser que se presenten signos y síntomas de hiper o hipotiroidismo o bien, de ambas condiciones a la vez.

Las personas con hipertiroidismo se sienten nerviosas y ansiosas, costándoles permanecer quietas por periodos prolongados. Se sienten acaloradas, cansadas y sudan con mucha facilidad. Frecuentemente tienen diarreas, temblores y latidos del corazón rápidos, incluso cuando están en reposo. Además, se caracterizan por tener los ojos sobresalidos más de lo normal, tener un bajo peso y tener hambre la mayor parte del tiempo (aún después de comer).

Su tratamiento depende de la causa y de la gravedad de los síntomas: tratamiento farmacológico para modular la función tiroidea (medicamentos antitiroideos), yodo radiactivo (destruye la tiroides y detiene la producción excesiva de hormonas) e incluso a la cirugía para extirpar la tiroides en casos graves.

Si la tiroides es destruida por radiación o extirpación, el paciente deberá tomar tratamiento farmacológico que sustituya la función de la hormona tiroidea durante toda la vida.

Las personas con hipotiroidismo padecen debilidad corporal, dolor de músculos y articulaciones. Además, se caracterizan por tener la piel seca, escamosa o uñas o cabellos delgados y quebradizos. Aumentan de peso repentinamente, tienen ronquera, les cambia la voz al hablar, padecen somnolencia y problemas para pensar de forma clara (se olvidan de las cosas y se confunden), tienen problemas para respirar y sus latidos del corazón se vuelven lentos.

 El tratamiento del hipotiroidismo consiste en la administración de las hormonas que escasean.

En función del tipo de hipotiroidismo el tratamiento sustitutivo es para toda la vida. El fármaco más utilizado es la levotiroxina y precisa de un control de los niveles en la sangre periódicamente.

SUSTANCIAS BOCIÓGENAS

La falta de yodo es perjudicial para el buen funcionamiento de la glándula tiroides.

El consumo de compuestos bociógenos presentes en lo alimentos puede agravar el trastorno o acelerar su desarrollo.

Se encuentran de forma natural en ciertos vegetales y tienen la capacidad de bloquear la absorción y correcta utilización del yodo, frenando así la actividad de la glándula tiroides.

Las hortalizas crucíferas (col o repollo, coles de Bruselas, coliflor y brócoli), nabos, rábanos y mostaza contienen glucosinolatos y progoitrina.

Los glucosinolatos dan lugar a las rodanidas (tiocianatos) por degradación enzimática (la enzima se libera al machacar o masticar las verduras crudas). Estas tienen la capacidad de inhibir la incorporación del yodo a la glándula tiroides. Si este paso no ocurre, la síntesis de la hormona tiroidea no se produce.

A partir de la progoitrina se forma la goitrina en el aparato digestivo. Esta inhibe la síntesis de la tiroxina.

El calor destruye la enzima responsable de la formación de dichos compuestos, por ello, el consumir estas verduras cocinadas no suponen ningún riesgo. Aún así, los expertos recomiendan no consumirlas en exceso si se padece hipotiroidismo, por precaución.

Las recetas con verduras crudas estarán totalmente contraindicadas en la dieta de las personas afectadas.

También contiene sustancias bociógenas la yuca. Por este motivo, siempre se debe cocinar antes de consumir. Hacerlo en crudo es nocivo ya que contiene concentrados glucósidos cianogénicos como el tiocianato y otros como la linimarina. Generalmente este alimento se consume cocinado (frito o cocido en cremas o purés) o fermentado. Su harina es utilizada para la fabricación de tortas y panes. Para ello se debe utilizar yuca descontaminada para que no resulte tóxica. Con el pelado se logra eliminar una gran parte de estos compuestos, al igual que el remojo seguido del hervido o el secado al sol durante semanas.

COMER EN VERANO DE FORMA SALUDABLE

Cuando el calor empieza a apretar, pasamos mucho más tiempo fuera de casa y nos apetecen alimentos refrescantes. Es normal que si estamos de vacaciones queramos huir de la cocina  para poder disfrutar de la playa y la piscina.

No caigas en la tentación de recurrir a la comida rápida, por ser más barata y hacerte esperar poco.  Hay muchas alternativas frescas, saludables y deliciosas que te permitirán estar en forma durante el verano.

¿Qué “picar”?

  • Tostada integral con escalibada.
  • Pulpo a la gallega.
  • Mejillones al vapor con sofrito de tomate natural y cebolla.
  • Salpicón de marisco.
  • Almejas, berberechos, navajas o navajuelas.
  • Gambas y langostinos.
  • Cogollos con anchoa.
  • Pepinillos y aceitunas.
  • Tiras de pepino y zanahoria con salsa yogur (yogur desnatado, cebollino, aceite y zumo limón).
  • Tortillas variadas (de patata, calabacín, garbanzos, pollo, atún al natural, etc.
  • Tomates laminados con queso fresco y albahaca.
  • Brochetas con mozzarella y tomate cherry, de gambas y setas, de pollo con pimientos
  • Apio con hummus casero o paté vegetal (remolacha, berenjena, etc.).
  • Triángulos de maíz con guacamole casero.
  • Chips de boniato o plátano macho.
  • Macedonia de fruta fresca: melón, sandía, melocotón, etc.
  • Rollo de jamón dulce y atún al natural.
  • Huevos rellenos de atún al natural.
  • Tacos de jamón serrano.

¿Cómo refrescarte?

Principalmente con agua. A continuación tienes unas ideas saludables:

  • Gazpacho casero.
  • Gazpacho frío de melón, sandía o cerezas.
  • Granizados caseros de frutas y hortalizas.
  • Helado de hielo de zumo natural de fruta.
  • Agua fría, menta y rodajas de limón.
  • Tés con hielo.
  • Tónica sin azúcar aderezada con rodajas de limón y pimienta en grano.
  • Refrescos caseros (de naranja, limón, fruta tropical, etc.).

Algunos consejos si comes fuera de casa

  • No llegues con hambre al restaurante.
  • Consulta detenidamente el menú y pregunta si te pueden preparar algo cocinado a la plancha, horno, etc.
  • No abuses de las bebidas refrescantes azucaradas ni del alcohol.
  • Opta siempre por cocciones a la plancha, parrilla, al vapor o en su propio jugo.
  • Rechaza los fritos, rebozados, guisos, gratinados o empanados.
  • No abuses de las salsas y aderezos grasos.
  • Pide de guarnición ensalada y no patatas fritas.
  • Si el plato es demasiado generoso, mejor deja un poco y pide al camarero que se lleve el resto de la mesa.
  • No abuses del pan mientras esperas tu plato.
  • Evita los postres dulces. Toma una fruta o un yogur desnatado.
  • Para cerrar el estómago bebe un café o infusión digestiva.

ALIMENTOS QUE MEJORAN EL SUEÑO

Mientras estamos durmiendo, el organismo sintetiza algunas hormonas relacionadas con el ciclo del sueño y ciertos neurotransmisores, en especial la serotonina, que actúa en casi todas las funciones cerebrales: ritmos circadianos, sueño-vigilia, temperatura corporal, percepción del dolor, funciones cognitivas (contenido de nuestros pensamientos), afectividad, etc.

Este proceso depende directamente de nutrientes específicos que se encuentran en los alimentos y actúan a nivel del sistema nervioso.

¿Que nutrientes influyen en el sueño?

Los nutrientes que dificultan el sueño aumentan la síntesis de dopamina, adrenalina y noradrenalina, sustancias que estimulan el sistema nervioso.

Los que, por el contrario, inducen el sueño aumentan la síntesis de melatonina y en especial, serotonina, sustancias que generan sensación de relajación.

– Triptófano: es un aminoácido, componente básico de las proteínas de nuestro organismo. Forma parte del grupo de aminoácidos esenciales, que no pueden ser fabricados por  nuestras células y, por lo tanto, solo podemos administrarlos a través de la dieta.

Lo encontramos sobretodo en las células de origen animal como las carnes (carne de pavo, jamón dulce, etc.), pescados (anchoas), huevos y lácteos (leche, quesos y yogures).

Aunque sea escaso en alimentos de origen vegetal, también está presente, por ejemplo en el plátano o los cereales integrales o completos.

Las células nerviosas (neuronas) lo utilizan para la producción de serotonina y melatonina

Entre sus efectos se encuentran los siguientes: estabiliza estado de ánimo y mejora el buen humor, ayuda a conciliar el sueño normalizando el ritmo de sueño-vigilia, aumenta la resistencia física (retrasa la aparición de fatiga) y reduce el apetito, ayudando a controlar la ansiedad por los dulces.

 – Vitaminas: las del complejo B actúan directamente sobre el sistema nervioso, especialmente la B1 o Tiamina y B6 o Piridoxina. La vitamina B1 es indispensable para que las neuronas puedan obtener energía a partir de la glucosa. La B6, además, junto con otros componentes, es decisiva para el metabolismo de los neurotransmisores.

El comer muchos azúcares refinados (dulces, golosinas, bollería y pastelería industrial) reduce la acción de la vitamina B1 en el sistema nervioso puesto que se precisa para poder metabolizar los azúcares. En caso de tener trastornos del sueño es recomendable evitar este tipo de alimentos.

Entre las principales fuentes de vitamina B1 se encuentran las carnes, hígado y lácteos. De origen vegetal, las mejores fuentes son los frutos secos, cereales integrales y derivados, legumbres, guisantes, patatas, naranjas, coles, espárragos, germen de trigo, levadura de cerveza, etc.

Entre las fuentes más destacables de vitamina B6 se encuentran las carnes, mariscos, hígado de pescado, yema de huevo y lácteos.  De origen vegetal, las fuentes más ricas son el germen de trigo, levadura de cerveza, cacahuetes  y cereales integrales.

– Minerales: el calcio y el magnesio son esenciales para excitabilidad nerviosa.

El calcio se encuentra en los lácteos, soja y derivados, pescados con espina, sésamo, melaza,  batidos vegetales (de almendras,  coco o avena), algas, legumbres, ciertas verduras, frutas y frutos secos.

El magnesio está en carnes, mariscos, lácteos, frutos secos y cereales integrales. El agua también contiene el mineral (hasta 120 miligramos del mineral por litro agua). Las dietas ricas en alimentos refinados suelen tener menor contenido de magnesio que las ricas en vegetales y cereales integrales.

Si existe un aporte suficiente de calcio y magnesio, el pequeño dormirá y podrá descansar mejor. Se puede ofrecer un vaso de leche antes de ir a la cama. Las cenas que contienen ensaladas, verduras de hoja verde, frutos secos o cereales integrales contienen magnesio.

– Hidratos de carbono de absorción lenta: para el buen funcionamiento del cerebro es imprescindible un aporte constante de glucosa, su única fuente de combustible. Los glúcidos presentes en los cereales integrales (pasta, arroz, pan, galletas maría y cereales de desayuno), legumbres y tubérculos estimulan la secreción de insulina, hormona que aumenta la disposición del triptófano para formar neurotransmisores.

Consejos para dormir mejor

– cenas ligeras y poco especiadas: si son abundantes y demasiado ricas en proteínas y grasas, se produce una mayor secreción de ácido clorhídrico que aumenta la acidez, alarga la digestión y dificulta la conciliación del sueño.

El exceso de proteínas además, disminuye la síntesis de serotonina y aumenta la producción de adrenalina, estimulante del sistema nervioso.

Es recomendable evitar los alimentos flatulentos por la noche como las legumbres, pimientos o coles, ya que pueden provocar dispepsia.

Esperar un rato antes de ir a dormir: si se hace justo después de la cena, aumenta el contenido ácido del estómago al esófago en forma de reflujo que provoca ardor, náuseas e incluso ganas de vomitar. Es recomendable dejar pasar al menos una hora entre la cena y la hora de irse a dormir para no interrumpir el sueño.

– Eliminar de la cena los alimentos excitantes: el chocolate contiene teobromina, sustancia que genera sensación de euforia, y los refrescos con cola cafeína, estimulante del sistema nervioso (causa nerviosismo, irritabilidad y menos horas de sueño).

– Evitar el exceso de líquidos por la noche: para no tener que levantarse a media noche a orinar, es preferible no abusar del agua y de alimentos demasiado diuréticos como las endibias, apio, espárragos, cebolla, melón y sandía.

– Evitar el estrés y la ansiedad: la tensión altera el ritmo circadiano.

PORQUE LIMITAR LAS GOLOSINAS

Los niños se pierden por las chucherías y no nos engañemos, para muchos adultos resultan una auténtica tentación. Comer chucherías es un verdadero placer pero siempre que se haga con moderación. Su consumo frecuente o excesivo favorece la obesidad y las alteraciones del metabolismo de la glucosa.

No es necesario prohibirlas, aunque su  ingesta debe ser limitada a ocasiones especiales. Hay que establecer un máximo de chucherías a la semana y días sin ellas para que los niños comprendan que son excepciones (los domingos, un cumpleaños, una celebración,…).

Cuál es su composición

El término «chucherías» se utiliza para designar diferentes tipos de productos dulces, tales como caramelos, chicles, confites y golosinas. El Código Alimentario clasifica estos productos entre los denominados «productos de confitería», junto a turrones y mazapanes.

Están compuestas por una pasta maciza elaborada a partir de azúcar, aromatizada y coloreada gracias al uso de diferentes aditivos y que se presenta con formas y tamaños variados, muy atractivos para los más pequeños.

Los principales nutrientes que contienen son los glúcidos simples o “azúcares” tales como la glucosa, fructosa y sacarosa. Suponen alrededor de un 75% del peso total.

La proteína más utilizada es la gelatina, y su proporción oscila entre un 5% y 7%, aunque algunas chucherías contienen menos. Esta aporta su textura gomosa característica y es incompleta en cuanto a aminoácidos esenciales. No aporta las cantidades necesarias de metionina, lisina y triptófano.

En general, son productos pobres en grasa. Generalmente aportan menos del 1%.

También contienen agua, la mayoría un 14% aproximadamente.

Aportan una media de 335 kcal por cada 100 gramos.

Alto contenido de aditivos alimentarios

Entre los aditivos más utilizados se encuentran:

  • Los aromas, que proporcionan olor y sabor.
  • Los acidulantes, que se utilizan como complemento de aromatización y/o conservación. Entre los más empleados son el ácido cítrico, ácido láctico, ácido málico y ácido tartárico.
  • Los gelificantes, que forman un gel durante el enfriamiento. Los más empleados son el agar-agar, almidón modificado y pectinas.
  • Los colorantes, que dan color a las materias primas, azúcar y jarabe de glucosa, ambos incoloros.

Los más utilizados son la tartracina (E-102), amarillo de quinoleína (E-104), amarillo anaranjado (E-110), azorrubina (E-122), rojo cochinilla (E-124), rojo altura (E-129) y azul patente (E-131).

Riesgos sobre la salud de los niños

  • Inapetencia:tomarlas entre horas y sin control provoca falta de apetito cuando llega la hora de las comidas principales, ya que sus calorías sacian. Son alimentos que aportan energía pero nada de nutrientes esenciales como vitaminas o minerales (son calorías vacías).
  • Malas digestiones e hinchazón abdominal.
  • Infecciones de hongos, bacterias y parásitos.
  • Caries:las chucherías contienen glúcidos simples que son fermentados por las bacterias de la placa dental y contribuyen a la formación de caries. Los dientes deben ser lavarlos siempre después de comerlas para evitar restos de azúcares en la boca.
  • Alergias:debido a la presencia de los aditivos que dan color, sabor y aroma.  Algunos pueden favorecer reacciones y erupciones en la piel (urticarias o brotes de dermatitis atópica) e incluso ataques de asma (colorantes azoicos). Se incluyen en este grupo la tartracina (E102), amarillo de quinoleína (E104), amarillo anaranjado S y amarillo ocaso FCF (E110), azorrubina o carminosina (E122), rojo cochinilla A (E124), rojo allura AC (E129) y azul patente V (E131).
  • Trastornos en el comportamiento de los niños: algunos estudios concluyen que algunos aditivos utilizados en la fabricación de chucherías como el E110, E122, E102, E124, E211 (benzoato sódico), E110 y E129 parecen incrementar los niveles de hiperactividaden los niños de la población general y no sólo en aquellos que ya tienen diagnosticado un trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Entre los efectos provocados por estos aditivos destacan el  incremento de comportamientos impulsivos y la dificultad para concentrarse, especialmente en la lectura.
  • Atragantamiento: su textura gomosa se mastica con dificultad, lo que puede provocar atragantamientos que podrían desembocar en asfixia, especialmente las más grandes.
  • Obesidad:se trata de productos hipercalóricos. Si la cantidad de azúcares ingerida sobrepasa los límites de almacenamiento, el exceso de glucosa en sangre se transforma fácilmente en grasa en el tejido adiposo. El abuso de dulces predispone, además, a la diabetes y a los problemas cardiovasculares.

Opciones más saludables

Ninguna chuchería es buena, ni siquiera las que se comercializan como productos «sin azúcar», ya que contienen edulcorantes como por ejemplo el sorbitol y el xilitol. Estas sustancias consumidas en cantidades grandes pueden provocar dolores abdominales y diarreas, debido a su efecto laxante.

Si lo que quieren los pequeños de la casa son dulces, hay otras sugerencias más atractivas y saludables que las chucherías, por ejemplo las frutas escarchadas  troceadas, almendras garrapiñadas, orejones, higos y pasas. Siempre vigilando y supervisando al niño cuando las ingiera.