ZUMOTERAPIA

La fruta es un componente esencial de la alimentación de los niños por ser una fuente de nutrientes de fácil absorción para el organismo. Su frecuencia de consumo recomendada es de al menos 3 raciones al día, siendo el peso de la ración en crudo y neto de aproximadamente 100-200 gramos.

Aporta multitud de minerales, vitaminas, agua y fibra dietética, además de componentes con acción antioxidante. Además, por su delicioso y dulce sabor, es un elemento fundamental en la confección de multitud de platos, en especial de repostería. Tiene la ventaja de que la podemos consumir tal cual, como fruta de mesa, pero también como ingrediente de mermeladas y confituras, jaleas, helados, cócteles, batidos y zumos.

Beneficios de la fruta

La composición química de las frutas depende en gran medida del tipo de fruto y de su grado de maduración. El componente mayoritario en todas ellas es el agua, que constituye en general entre un 75-90% del peso de la parte comestible, por lo que resultan realmente hidratantes y refrescantes.

En general, todas ellas contienen azúcares de absorción rápida (fructosa), por eso tienen un sabor dulce característico.  Las que tienen mayor cantidad de azúcares son el plátano, dátil, higo y uva. Las que tienen menos son las fresas, frambuesas y limones. En una estadio intermedio se encuentran frutas como la pera, manzana,  ciruela y cerezas.

El contenido calórico de cada fruta depende de su contenido en azúcares. Casi todas las frutas aportan poca energía, a excepción de algunas como el coco o aguacate, que a diferencia de las demás, son ricas en grasas.

Proporcionan pro-vitamina A (albaricoques, melocotones, melón y mangos) y vitamina C (naranja, kiwis, grosellas, fresas). En menor cantidad contienen algunas vitaminas del grupo B y vitamina E.

Son fuentes importantes de potasio y magnesio. Entre las frutas más ricas en este mineral se encuentran las cerezas, plátano, piña, limón, uva y pera.

Su piel es rica en fibra soluble, en especial la de la manzana, pera o melocotón (los zumos naturales no contienen fibra).

Además, las frutas son ricas en ácidos orgánicos, sustancias responsables de su sabor y aroma. Entre los más importantes encontramos el ácido cítrico presente en los cítricos, peras o  fresas, que potencia la acción de vitamina C y tiene acción desinfectante y alcalinizadora de la orina, el ácido málico presente en las manzanas, cerezas, ciruelas, uvas o membrillos y el ácido salicílico presente en las fresas y fresones, con acción antiinflamatoria y anticoagulante.

Por último, son una fuente importante de fitoquímicos como los citroflavonoides (la quercitina presente en las manzanas o uvas, la hesperidina presente en los hollejos de las naranjas y los limones, la naranjita presente en la naranja, limón y toronja y el limoneno presente en el limón y la lima), las antocianidina (presentes en las cerezas), las proantocianidinas (presentes en las semillas de uva), el ácido elágico (presente en frutas como la uva) o los carotenoides (presentes en las frutas de color amarillo, anaranjado o rojo como las ciruelas o los albaricoques).

¿Por qué preparar los zumos uno mismo?

Los zumos resultan de exprimir, licuar o triturar frutas con cierto contenido de jugo. Con los exprimideros eléctricos o manuales extraemos el zumo de cítricos como la naranja, pomelo y limón y con las licuadoras lo extraemos de otras frutas y verduras que no se pueden exprimir. Las posibilidad son infinitas, los zumos pueden elaborarse a partir de una o varias frutas, o combinando frutas con verduras y hortalizas.

Los batidos contienen la fruta entera. Además, pueden llevar leche o derivados.

Hoy en día podemos encontrar en los estantes de los supermercados una gran cantidad de zumos y batidos de sabores distintos, todos ellos empaquetados de forma atractiva para que se puedan beber rápidamente con tan solo levantar el precinto. Son productos que ahorran tiempo en nuestra ajetreada vida pero que no aportan los beneficios de la fruta fresca.

Cuando hacemos la bebida en casa sabemos exactamente lo que ponemos en ella. Muchos de los preparados envasados contienen azúcares añadidos, conservantes y colorantes artificiales, además de ser más caros.

Los batidos y zumos recién hechos proporcionan una fuente de nutrientes más potente e inmediata.

Consejos para su preparación

  • Sirve los batidos bien fríos.
  • Prepara zumos y batidos justo en el momento que se tengan que tomar. Su valor nutricional disminuye con el tiempo de exposición al ambiente. Además, hay mezclas de frutas y vegetales que no mantienen la textura durante mucho tiempo.
  • Si no quieres que el batido esté espeso, puedes diluirlo con agua mineral o con otro zumo de fruta, por ejemplo el de manzana.
  • Cuando la preparación queda demasiado líquida puedes añadir yogur para darle cuerpo.
  • Puedes endulzar las bebidas demasiado ácidas con un poco de miel.
  • La zanahoria y la manzana combinan bien en todas las preparaciones y no causan flatulencias.
  • Congelar purés de fruta en forma de cubitos de hielo y usarlos para dar sabor adicional a las bebidas.