¿COMO SE DIAGNOSTICA LA DIABETES?
El dato más fiable para diagnosticar una diabetes es el aumento de glucosa en sangre (esta se puede medir en distintos momentos del día, pero generalmente se hace en ayunas).
En adultos, cifras por debajo de 110 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas se consideran normales.
Cuando aparecen valores superiores a 126 mg/dl de glucosa en sangre en más de una ocasión, se puede hacer el diagnóstico de diabetes.
Cuando la glucemia está por encima de 180 mg/dl el riñón no puede impedir que pase a la orina y aparezca glucosuria.
La medición de la cantidad de glucosa en la orina puede realizarse mediante tiras reactivas.
Para la realización de esta prueba se requiere orina reciente, obtenida mediante la llamada técnica de la doble micción. Consiste en vaciar la vejiga, beber agua a continuación y volver a orinar más tarde. Esta segunda orina es la que se utiliza para determinar la glucosuria.
Valores de glucemia considerados normales.
- Glucemia normal: entre 65-70 y 110 mg/dl.
- Hiperglucemia: superior a 110 mg/dl.
- Hipoglucemia: inferior a 65 mg/dl.
- Valores de glucemia postpandrial considerados normales: dos horas después de las comidas la glucemia debe estar por debajo de 150 mg/dl. En diabéticos se aceptan valores discretamente superiores: en ayunas hasta 140 mg/dl y dos horas después de las comidas hasta 189 mg/dl.
Manifestaciones clínicas.
- Poliuria o aumento de la cantidad de orina. La falta total o parcial de insulina provoca un aumento de la glucemia. Cuando esta cifra es superior a 1,8 g/l hay eliminación urinaria de glucosa, apareciendo esta en orina (glucosuria).
- Polidipsia o aumento de sed. Ante la pérdida de agua consecuencia de la poliuria, el organismo activa un mecanismo de reacción para evitar la deshidratación.
- Polifagia o aumento de apetito. Debido a la falta de insulina, la glucosa no es aprovechada debidamente y el organismo, para compensar la falta de energía, aumenta la necesidad de comer, apareciendo una sensación de apetito desmesurado.
- Astenia o fatiga. Junto a la pérdida de agua hay también una pérdida importante de sales minerales que provoca fatiga.
- El organismo no aprovecha la glucosa y la pérdida por la deshidratación provoca disminución de peso, en ocasiones muy exagerado.
Síntomas secundarios más frecuentes.
- Picores generalizados o en los genitales.
- Propensión a padecer infecciones de piel.
- Retraso en la cicatrización de heridas.
- Alteraciones de la vista.
- Infecciones en las encías.
- Aflojamiento de los dientes.
- Dolores y hormigueos en las extremidades.