ALTERACIONES ALIMENTARIAS EN NIÑOS CON TEA (I)

Los  trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de alteraciones del sistema nervioso central que afectan al desarrollo infantil. Los pequeños afectados tienen alteradas el área social, comunicativa y la actividad (su conducta es restringida y repetitiva).

Los niños que padecen TEA tienen dificultades para entender las normas sociales como pueden ser las que establecen los profesores en la escuela o los padres en el hogar, las de cortesía, las del juego, las viales, los hábitos higiene personal o de alimentación, y por tanto, para saber actuar ante ellas como corresponde en los diferentes contextos.

Enseñarles un sistema de normas claras, concisas y constantes, y en todos los contextos (por su dificultad para la generalización de los aprendizajes) les ayuda a que su comportamiento sea más adaptado, se sientan más seguros y su grado de autonomía sea mayor.

alteraciones alimentarias más frecuentes

Un alto porcentaje de niños con TEA padecen alteraciones en la alimentación.

Entre algunos de los principales motivos de su existencia se encuentran los citados a continuación:

  • Alteraciones sensoriales debidas a la hiposensabilidad  o hipersensabilidad que provocan manifestaciones auditivas (molestias producidas por el ruido de la masticación de los alimentos), visuales (la presentación de los platos o forma y color de los alimentos produce aceptación o rechazo), olfativas (los niños con TEA notan mucha intensidad en ciertos olores), en el tacto (ciertas texturas pueden ser rechazadas por no ser aceptadas dentro de la boca o al ser tocadas con las manos) y en los sabores (algunas comidas les resultan desagradables).
  • Hipersensabilidad alimenticia: rechazo a ciertos sabores, texturas o temperaturas y consumo fijo de determinados alimentos aceptados.

La diversificación de los alimentos en muchos casos resulta lenta y complicada hasta tal punto de producir malnutrición.

  • Condicionamientos clásicos negativos: la relación estímulo-respuesta es negativa. Por ejemplo, si el pequeño después de comer un cierto alimento tiene dolores abdominales o náuseas tendrá un recuerdo negativo que se extenderá a otros alimentos similares y generará la negativa a comerlos.
  • Intolerancias y alergias alimentarias: a veces el pequeño con TEA no quiere consumir ciertos alimentos porque le provocan dolores estomacales, reflujo, úlceras o reacciones alérgicas.

Algunas de las alteraciones más frecuentes en niños con TEA son las siguientes:

  • No aceptar probar alimentos nuevos y tener un listado de alimentos a consumir que es extremadamente limitado: la ingesta de alimentos viene condicionada por la textura, olor, sonido en la masticación, consistencia, etc.
  • Comer cualquier sustancia y material sin discriminar si es comestible o no (pica): el consumo de plastilina, pintura, papel, colonia, tierra, plantas, insectos u otros materiales es peligroso por el riesgo de atragantamientos, intoxicaciones, perforaciones intestinales o alergias.
  • Comer compulsivamente, sin saciarse nunca: comer sin mesura conduce a la aparición de la obesidad y otros problemas de salud.
  • Tener conductas o hábitos poco adecuados en los tiempos de comida como por ejemplo, oler o tocar los alimentos, levantarse de la silla, uso inadecuado de cubiertos,  escupir, etc. Estas condicionan la vida familiar ya que elimina las salidas a casas de amigos o a restaurantes.

 

 

CARACTERÍSTICAS DE LA DIETA VEGANA QUE BENEFICIAN LA SALUD

En general, las personas que siguen una alimentación vegana padecen un menor índice de obesidad, menor frecuencia de diabetes, la tasa de colesterol y de triglicéridos no suele alcanzar valores peligrosos para la salud y, en consecuencia, los problemas de arteriosclerosis, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cálculos de la vesícula biliar o estreñimiento son muy poco frecuentes.

Estos beneficios para la salud son debidos a:

  • Menor cantidad de grasa total:

Se asocia a la reducción del riesgo de diabetes, enfermedad cardiaca, obesidad y cáncer.

  • Menor cantidad de colesterol y de ácidos grasos saturadas:

Estas grasas aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca y, posiblemente, de cáncer.

  • Importante presencia de grasas insaturadas:

La presencia de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados omega 3 y omega 6 protege el corazón.

  • Mayor cantidad de fibra dietética soluble:

Esta reduce el riesgo de cáncer y enfermedad coronaria, y ayuda a controlar la diabetes.

  • Mayor cantidad de antioxidantes:

Estos reducen el riesgo de cáncer, enfermedad cardiaca, cataratas y otras enfermedades degenerativas.

  • Mayor cantidad de fitoquímicos:

Estos componentes se encuentran en los vegetales y se asocian con una reducción en el riesgo de una amplia gama de enfermedades.

  • Cantidades adecuadas de proteína:

La dieta de los vegetarianos aporta un 11% del total de calorías, los omnívoros, sin embargo, consumen alrededor del 15 a 17% y los lacto-ovo vegetarianos alrededor del 13 a 15%.

El exceso de proteína, especialmente la de origen animal, está asociada a un aumento en el riesgo de osteoporosis, formación de piedras en los riñones y enfermedad cardíaca. Además, incrementa los niveles de colesterol y puede aumentar el riesgo de cáncer.

CALIDAD DE LAS PROTEÍNAS

Las proteínas son moléculas largas y complejas formadas por las diferentes combinaciones de 22 aminoácidos, elementos que el cuerpo necesita para construir y renovar sus tejidos constantemente. De estos, ocho se consideran aminoácidos esenciales (diez para los niños), debemos aportarlos a través de la alimentación y se combinan entre sí y con otros muchos presentes en el organismo con el objetivo de sintetizar nuevas proteínas.

Su aporte es necesario durante toda la vida aunque es fundamental durante los períodos de desarrollo más intenso como es la infancia y la adolescencia y en el caso de los deportistas.

Entre sus principales funciones se encuentran la plástica (constituyen el 80% del peso seco de las células), la inmunitaria (actúan como anticuerpos), la biorreguladora (algunas enzimas y hormonas son de naturaleza proteica) y de control genético (las características hereditarias dependen de las proteínas del núcleo celular).

Casi todos los alimentos contienen proteínas, aunque en diferentes proporciones, siendo los de origen animal más ricos y con una mejor calidad nutricional que los de origen vegetal.

Según su contenido en aminoácidos las podemos clasificar en:

  • Proteínas de alta calidad (contienen los 8 aminoácidos esenciales): las presentes en los huevos, las carnes, los pescados, los mariscos, los crustáceos y los lácteos.
  • Proteínas de calidad media (son deficientes en 1 o 2 aminoácidos): las presentes en las legumbres, los cereales integrales y los frutos secos.
  • Proteínas de calidad baja (son deficientes en varios aminoácidos): las presentes en las frutas, las verduras y las hortalizas.

Los alimentos vegetales aunque no proporcionan todos los aminoácidos esenciales pueden llegar a combinarse entre sí para mejorar su calidad nutricional.

Las legumbres, por ejemplo, son pobres en metionina y los cereales, los frutos oleaginosos y las semillas son pobres en lisina. Para obtener proteínas completas podemos combinar legumbres (ricas en lisina) con cereales (ricos en metionina) o legumbres (ricas en lisina) con frutos oleaginosos y semillas (ricos en metionina).

Ejemplos de combinaciones inteligentes para obtener proteína de alto valor biológico:      

  • Legumbres + frutos secos y semillas.

Garbanzos con piñones, ensalada de lentejas con nueces, humus o paté de garbanzos (garbanzos triturados con semillas de sésamo y especias).

  • Legumbres + cereales integrales.

Lentejas con arroz, alubias con pasta o mandioca, cuscús con garbanzos y verduras, garbanzos con trigo, espaguetis con guisantes y gambas, burritos (pan de maíz) rellenos de frijoles, soja con verduras y arroz, garbanzos con pan.

  • Cereales integrales + lácteos vegetales.

Arroz o avena con batido de soja, de almendras.

  • Frutos secos y semillas + lácteos vegetales.

Avena o arroz con leche y frutos secos.

  • Frutos secos y semillas + cereales integrales.

Ensalada de arroz con frutos secos y semillas de sésamo, pasta con nueces.

Sólo una buena combinación de alimentos puede asegurar un aporte adecuado de proteínas de buena calidad. Para un buen equilibrio alimentario la mitad de las proteínas deben ser de origen animal y la otra de origen vegetal. Las personas que siguen una dieta vegetariana deben recurrir, sin duda alguna, a las combinaciones mencionadas anteriormente.

 

 

TERAPIA NUTRICIONAL EN CASO DE ÚLCERA

Las úlceras son erosiones en el revestimiento del estómago (úlcera gástrica), duodeno (úlcera duodenal), o ambos (úlcera péptica).

La mayoría aparecen en la primera capa del revestimiento interior y, si el orificio lo atraviesa por completo, se denomina perforación del revestimiento intestinal.

El origen de su aparición puede ser diverso. Se debe a un desequilibrio entre la secreción ácida del estómago,  una  enzima llamada pepsina y las defensas naturales del revestimiento del estómago que lleva a que se presente inflamación.

La toma de ciertos fármacos como el ibuprofeno o la aspirina puede complicar la situación.

Su aparición es más frecuente en caso de gastritis crónica, edad avanzada, consumo de alcohol, tabaquismo, infección por Helicobacter pylori, ventilación mecánica (ser puesto en un respirador) y ciertos problemas con la coagulación de la sangre.

Puede ser asintomática, aunque es frecuente el dolor o malestar abdominal tras las 2-3 horas de la ingesta y empeora cuando no se come. Además, a veces aparecen nauseas, indigestión abdominal, pirosis, vómitos sanguinolentos, sangre en las heces (heces negras y pegajosas), fatiga y pérdida involuntaria de peso. En los casos más graves aparece hemorragia digestiva, penetración, perforación  y estenosis del píloro.

Su tratamiento incluye antibióticos contra la bacteria Helicobacter pylori y medicamentos que disminuyen la secreción ácida del estómago del 60 al 80% y mejoran la sintomatología.

A través de la dieta no se logra favorecer la cicatrización pero resulta útil para calmar y evitar el dolor, que tiende a disminuir con la ingesta de ciertos alimentos y a agravar con la de otros.

Para evitar la aparición de dolor es recomendable comer a menudo, en pequeñas cantidades y poco copiosas (así se evita la excesiva distensión del antro gástrico, ya que esto puede aumentar la secreción ácida), evitar las preparaciones culinarias que provoquen molestias y todos los irritantes químicos y físicos.

Se deben eliminar los alimentos considerados irritantes físicos como las carnes fibrosas, cereales de grano entero, frutas crudas, verduras y hortalizas crudas, alimentos o platos salados, embutidos, pescados azules, marisco, café (incluso el descafeinado) y té (no existe evidencia que su consumo interfiera en la cicatrización, aunque es un estimulante de la secreción gástrica, favoreciendo el reflujo gastro-esofágico), alcohol en exceso (lesiona la barrera mucosa del estómago y ocasiona gastritis), azúcar en exceso, chocolate, especias, condimentos y fritos.

También los considerados irritantes químicos tales como los extractos y caldos de carne, salsas ácidas como la de tomate, frutas y zumos ácidos.

Se puede consumir lácteos, pasta, arroz, pan blanco (mejor tomarlo tostado o del día anterior), carnes de ternera, pollo, cordero, cerdo, caballo, buey, conejo (tiernas, eliminando las partes fibrosas y la grasa visible, cocinadas a la plancha o bien hervidas), jamón cocido poco salado, pescados magros cocinados hervidos, a la plancha (si se toman rebozados, teniendo precaución de eliminar el rebozo antes de tomarlo), huevos pasados por agua o en tortilla, frutas cocidas hervidas o al horno tipo manzana o pera, dulce de membrillo, verduras en forma de puré o masticadas cuidadosamente tipo acelgas, espinacas, judías verdes, zanahoria hervida, aceites vegetales, mantequilla y margarina con moderación y galletas tipo Maria.